martes, 22 de marzo de 2011

El negocio de las editoriales

Como todos los inicios de año lectivo, asistí ayer a la reunión de padres de la escuela de mi hija. Más allá de la patética imagen de la docente que nos tocó en cuestión, y que no logró en ningún momento transmitir cual sería el proyecto educativo que llevaría este año para el curso de segundo grado, me molestó sobremanera el comentario de un padre.
Mientras se planteaba que libro de aula se utilizaría, el padre en cuestión se quejó de que no se pudiese usar un libro usado, ya que a ese nivel el libro incluye páginas para trabajar en clase, porque es "el negocio de las editoriales". No quiero defender aquí a las editoriales (de las cuales he formado parte), ya que las mismas se pueden defender muy bien. Sino que me detengo en el concepto "es el negocio", como si fuesen sólo las editoriales quienes hacen negocio. No se si el padre en cuestión es abogado o contador, o si tiene un kiosko de golosinas o una verdularía, o si trabaja para el estado o si también es docente. De lo que estoy seguro es que este muchacho de alguna manera solventa sus gastos. Es decir que si es abogado, la ley sería su negocio, y si es contador, llevar adelante las presentaciones de impuestos de sus clientes sería su negocio.
En definitiva, dejemos que todos hagan su negocio, porque mientras este sea honesto, es de lo que comemos todos los días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario